La experiencia de correr la Hollywood Half Marathon – 10k & 5k

Salida Hollywood Half Marathon

Cuando Jaume me mencionó por primera vez la existencia de una carrera que tenía lugar el 11 de abril en Hollywood por el Paseo de la Fama, me emocioné. Cuando me dijo que coincidía con nuestro paso por Los Angeles me emocioné más aún. Cuando además me contó que había la posibilidad de que participaran celebrities, no me lo podía creer. Cuando me dijo que daban medalla a todos los finalistas con formato de estrella, estaba ya “flipando en colores”. Pero cuando ya me dijo que se corría a la vez la media maratón, la de 10 km y la de 5 km (ésta última con opción de hacerla caminando… lo que invalidaba todos mis miedos a no estar en forma durante nuestro viaje como para hacer una carrera) no tardé ni 5 segundos en ir a buscar la tarjeta de crédito para apuntarme.

La Hollywood Half Marathon – 10k & 5k ha sido la primera carrera que hemos corrido en nuestro gran viaje de la vuelta al mundo. Es una carrera popular que empieza a las 6am frente al Teatro Kodak, donde se entregan los Oscars de la Academia y pasa por el paseo de la fama de Hollywood más algunas calles aledañas. Más o menos calles en función de la distancia. Además, se invita a los participantes a llevar sus mejores galas, como si fueran a asistir a una premiere. Un ambiente de glamour que se respira ya desde el momento de la recogida del dorsal 😉

Photo Call en la feria del corredor

Correr una carrera en EEUU ha sido toda una experiencia. Al menos ésta ha sido de las más populares que he vivido. De hecho, cuando vi la liebre de 3 horas para la media maratón pensé: “aquí el ritmo es otro”. Personas de todas las edades, razas y tamaños se reúnen eufóricas en torno a la salida, satisfechas por estar un sábado a las 6 de la mañana dispuestas a hacer algo de deporte. El ambiente es de motivación, satisfacción e inspiración para otros, ahora os contaré por qué.

Una vez que Jaume y yo decidirnos apuntarnos (yo a la de 5k, Jaume a la de 10k, aunque pudimos haberlo hecho a la siguiente distancia perfectamente), comenzamos a planificar la parte logística.

Por una noche, nos dimos el “lujo” de dormir en un hotel ¡con baño en la propia habitación! (wow! jeje) ubicado muy cerca del lugar de inicio de la carrera, y llegamos al hotel con tiempo para poder ir con tranquilidad a la feria del corredor.

En la feria, muy similar a las que estamos acostumbrados en Europa, nos dieron nuestro dorsal, un chip que se enganchaba a los cordones de las zapatillas con un sistema de plásticos muy parecidos a los que se utilizan a cerrar el pan de molde y que se debía devolver al final de la carrera, y una camiseta cuya talla habíamos tenido que indicar en la inscripción.

Jaume recogiendo el dorsal

Había también los típicos puestos de ropa deportiva, compresores, cintas para la cabeza… y merchandising de otros años. Aprovechando esta ocasión única Jaume se compró una camiseta de tirantes con las típicas letras de Hollywood y justo nos encontramos con una promoción en la que te regalaban otra gratis, con lo que pudimos escoger una de manga larga para mí.

Nos pasamos por el photo call para inmortalizar el momento y decidimos volver al hotel a descansar para estar bien frescos al día siguiente.

Photo Call en la feria del corredor

La noche antes cenamos en un japonés (ya que estábamos en EEUU, tenía que ser comida internacional… ;-): yo udon y Jaume sushi, y prontito a dormir.

Por suerte, estábamos a 10 minutos de la salida de la carrera, con lo que nos despertamos a las 4 de la mañana, desayunamos algo y pudimos seguir durmiendo hasta las 5, momento en el que nos levantamos, nos enfundamos nuestra ropa deportiva y nos fuimos directos a la salida, por supuesto cada uno a su cajón (o corral, como ellos lo llaman). Para que os hagáis una idea de los ritmos de los runners en EEUU… mi mejor tiempo en 5k ronda los 30 minutos…  ¡y yo salía en el tercer corral!

5 minutos antes de la salida, todo el mundo se quitó las gorras, los objetos festivos que se habían puesto en la cabeza, las máscaras… y comenzó el momento sagrado en cualquier evento deportivo estadounidense: sonó el himno nacional.

Minutos antes de la salida

Al acabar, los participantes estallaron en un fuerte aplauso, se volvieron a poner sus “gadgets” de cabeza y… ¡a por la carrera! Cada corral tenía su propia salida así que fue un comienzo lento, pero el speaker y su gracia (realmente animado para la hora que era) amenizaron el momento.

La sensación de correr por una calle de la que has oído hablar tantas veces, rodeada de elementos tan simbólicos como las estrellas de Hollywood, en un país que se encuentra a miles de kilómetros de distancia de tu casa, habiendo hecho el esfuerzo de levantarte a las 5 de la mañana en medio de un viaje que ya de por sí es agotador… es indescriptible.  Aunque no hubiera celebrities (nosotros al menos no las vimos). Y el momento en el que cerca del kilómetro dos una mujer me mira, yo la sonrío, me señala y me grita: “Today you are me! Go girl!!!” Uf… Me emociono tan sólo al recordarlo…

La carrera siguió tranquila, yo sentía que llegaba de las primeras (y casi casi así era…), Jaume llegó también en un tiempo razonable… y también de los primeros en su distancia, y entonces nos encontramos con otra gran demostración de que estábamos en EEUU: la cantidad de panes, bollitos, galletas, frutos secos, frutas que había… ¡Y te invitaban a repetir! Para los que corrieron la media maratón, podría tener sentido, pero para los de 5k, ¡la verdad es que la ingesta de calorías podría haber sido mucho mayor que la quema!

Cuando Jaume y yo nos reencontramos al final, nos sentíamos satisfechos, aunque con la sensación de que podríamos haber hecho más. Eso sí, la experiencia no nos la quita nadie. Y de todo se aprende. La próxima, más 🙂

Patri como finisher Jaume como finisher